No era un día de homicida
Mucho menos derramar
La dimensión desconocida
Era la ilusión de la metamorfosis
De romper un corazón
O inyectarse una dosis
No es un drogadicto
No es un perseguido
Mendigo o asesino
Es el camarero de botellas
De la agonía del amor
Una botella por cada mujer
Y cada gota de aquella botella
por las lágrimas que hicieron
Derramar ellas aquellos
Días de invierno
De los besos bajo
La lluvia de los deseos
Derramandose bajo
La lluvia de los deseos